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sábado, 9 de julio de 2016

Así lo veo, Ken: Francesco Totti y su última cruzada con la Roma.



“De vez en cuando, llega una persona que desafía todas las probabilidades, toda la lógica y cumple un sueño increíble.”
- Rocky
Y tras meses y meses de controversia, polémicas y mensajes ambivalentes, los hinchas de la Roma pueden regodearse y sentirse felices ante la noticia de que su máximo baluarte y el mejor jugador de su historia –pienso que en este punto de la película es un pensamiento unánime-, Francesco Totti, ha renovado por un último año en la capital italiana para luego servir seis más como directivo del club. Con rumores circulando en la media acerca de posibles traspasos del genio romanista a equipos como Los Angeles Galaxy o el Leicester City, además de respuestas incompletas de la directiva del club acerca del futuro de su capitán y el propio Totti, quien declaró en su momento que quería jugar más o que tal vez tendría que irse –ciertamente para apresurar la cuestión del nuevo contrato, guiándonos por cómo se dieron las cosas después-, todas las partes decidieron poner fin a esto y el contrato fue firmado. Al final de todo, es el mejor resultado para los involucrados: ninguno de los aficionados al fútbol, no solo los de la Roma, queremos ver a Francesco con otra camisa y su amor y lealtad a un equipo que, aunque grande y con buenos jugadores, no siempre está peleando por títulos, es una demostración de ese romanticismo que a veces es tan necesario en el deporte y que se ha perdido –en resumen, todos felices con el desenlace de esta saga.

Los últimos tiempos en el club de la Ciudad Eterna han sido buenos, pero siempre plagados por esa sensación de que pudieron ser mejores; desde que la institución ha sido adquirida por un grupo empresarial estadounidense, discusiones acerca de un nuevo estadio, un proyecto, establecer lo que ellos llaman “la marca Roma” y, por supuesto, un Scudetto han estado a la orden del día, pero nada de eso se ha materializado. En las últimas campañas, la Roma ha tenido que padecer la venta de muchos de sus mejores activos en la cancha –Lamela, Marquinhos, Benatia, Pjanic, entre otros- y que el sector más intenso de su afición (y también el más radical) deje la grada, la famosa Curva, como signo de protesta por la división de ambas curvas del estadio con barreras de concreto por parte de la policía de la ciudad, además de lidiar con una Juventus que ha sabido establecerse desde 2011 como el poder absoluto de la Serie A, ganando cinco Scudettos seguidos. Entre todo estas vicisitudes, el equipo sigue contratando y produciendo talento; los resultados, aunque decepcionantes considerando las expectativas planteadas por estos dueños, han sido buenos –el club ha regresado a la Champions y participa ahora de forma asidua- y el arribo de tal vez su mejor entrenador desde Fabio Capello, el celebérrimo Luciano Spalletti, quien ya entrenó a la institución en uno de los mejores pasajes de su época, ha encendido una vez más el espíritu de lucha de una “Loba” que yacía en un letargo. Y en el último año de Francesco Totti, el deseo de un cuarto título de Serie A no puede ser contenido por los tifosi romanistas quienes ansían ver a su máximo ídolo marcharse victorioso en su última cruzada. ¿Puede la Roma derrotar a la Juventus y conseguir, tras tantos años cerca de acariciar la gloria, ese Santo Grial que es su cuarto Scudetto? Veamos.


Hay que contextualizar algo desde el principio para entender el lugar en el que se encuentra la Roma actualmente: la era Rudi García, aunque produjo sus cosas positivas, fue de más a menos y su caída probó ser demasiado problema para que el galo pudiera solucionarla. El técnico francés arribó a Italia en el 2013 con un cartel de entrenador ofensivo y que iba a revitalizar a un plantel que, como ha sido la costumbre, se hallaba actuando por debajo de sus posibilidades; pero que con su nuevo entrenador logró una seguidilla de triunfos notables con un Kevin Strootman y un Benatia en estado de gracia, lo que los llevó a la cima de la Serie A tras diez victorias consecutivas al comienzo de la liga. Pero tras eso, las lesiones, la falta de innovación al sistema de extremos con el que jugaba el equipo –en el cual resaltó Gervinho hasta que fue descubierto- y, sobre todo, la seria baja de Strootman supusieron el comienzo del fin para García en la capital; nunca pudo recobrar la forma de ese momento, el equipo se fue deformando y la Juventus retomó el ritmo en las tres campañas en las que estuvo el francés para quitarles el título. Nuestro protagonista, Francesco Totti, apoyado por un más que notorio elenco de jugadores como De Rossi, Nainggolan, Pjanic, Florenzi, Manolas y un par más, trató de salvar la situación y sus goles, ya estando más cerca de los 40 que nunca, supusieron una luz al final del túnel que ha sido esta era del club. Ya a finales del 2015, la situación era insostenible y se prescindió de los servicios de García para retornar al conocido rostro (y pelona) de Spalletti, quien había terminado su contrato con el Zenit de Rusia.


El cambio fue notorio. En sus últimos meses, la Roma de García era un equipo predecible, estéril y sin ninguna otra estrategia que depender de sus extremos para luego servirle pases a un timorato Edin Dzeko; la llegada de Luciano y su capacidad táctica para explotar el potencial de sus jugadores –este es hombre es después de todo el que implementó con Francesco Totti el sistema del falso nueve hace una década, que después sería popularizado por Pep Guardiola y Lionel Messi- y apostar por un juego más completo, impredecible y manteniendo la búsqueda ofensiva que pregonaba Rudi. Era una sinergia perfecta: Spalletti ama a la Roma, conoce al club y el ser italiano le permite conocer mejor a la Serie A; fichajes en enero como Diego Perotti –quien ha subido su nivel a cuotas insospechadas en la capital jugando en el rol de falso nueve- y Stephan El Shaarawy –jugador que yacía ahogado en la intermitencia en el Mónaco- sirvieron para balancear el ataque romano y jugadores como Mohamed Salah y Radja Nainggolan mostraron su mejor versión bajo la tutela de su nuevo entrenador. Tras tomar el equipo por la 6ta posición, el equipo ascendió hasta llegar a la zona de previa de Champions League y estuvieron a punto de tomar el 2do puesto en la tabla del Napoli, pero la inestabilidad defensiva, a pesar del muy buen nivel de Antonio Rüdiger y Kosta Manolas en la zaga central, supuso uno de los pocos aspectos negativos de la segunda etapa de Luciano hasta el momento.

Partidos como la visita a Atalanta, de local frente al Torino o de visitante contra Genoa hubieran acabado en pérdidas de puntos que tal vez les hubieran hecho perder el lugar en la próxima Champions, pero ahí es cuando surgió el genio imperecedero de Totti. Envuelto en toda una controversia por lo poco que jugó con Spalletti en los primeros partidos –esto siendo un poco exagerado cuando consideramos que venía de una lesión un tanto importante- y en la disputa por un nuevo contrato, el ‘10’ eterno de la Roma apareció en varios partidos anotando goles y haciendo asistencias para salvar a su equipo cuando más se le necesitaba –y todo esto en apariciones como un atacante suplente de 39 años. Es importante remarcar el renglón de la suplencia: a casi sus 40, Francesco ya no puede jugar 90 minutos cada semana y debe ser administrado para poder seguir aportando al equipo; Luciano lo ha manejado bien y jugando de 30 a 45 minutos por partido, la influencia de Totti ha sido tan grande que ha podido producir goles de la nada por motivo de su infinita creatividad futbolística. Esto, obviamente, significó bastante para los hinchas de la Roma que estaban desesperados por ver a su héroe en acción; pero también muestra la inestabilidad del equipo en ciertos pasajes de la temporada y eso ha significado un paso (o dos) atrás para destronar a la todopoderosa Juventus.


Dejando de lado todos los posibles obstáculos que la Roma pueda imponerse a ellos mismos, su mayor impedimento para la consecución del Scudetto es, obviamente, la propia Juventus. Como hablamos el año pasado por aquí, la resurrección de la dama del Calcio ha sido notable y hoy en día, siendo la pentacampeona italiana, es la reina absoluta de la Serie A. Por supuesto, los ingresos que suponen el tener un estadio propio y conseguir múltiples títulos –además del fútbol de Champions League que es una constante en su haber-, la Juve puede costearse sueldos y contrataciones que ningún otro club en la liga puede desembolsar y eso es una gran ventaja sobre la Roma que ya se dejó entrever con la “traición” de Miralem Pjanic al fichar de la capital italiana para los de Turín. Destaco que la capacidad de la Vecchia Signora para hacer estas transacciones es mérito absoluto de una gestión notable de sus directivos y la etapa Agnelli de la Juventus ha mostrado una de las mejores administraciones de la época reciente del fútbol. Tal vez es un reflejo de que quien mejor se administra siempre gana.

La Roma simplemente no tiene eso. La Juventus, a pesar de haber dejado ir el año pasado a jugadores como Tévez, Vidal o Pirlo, siempre ha mantenido una columna vertebral en Buffon, Barzagli, Bonucci, Chiellini y Marchisio, quienes han sido omnipresentes en estos cinco títulos de liga. Por el otro lado, la “Loba” es un equipo que cambia constantemente en cada verano y eso no es beneficioso para una directiva americana que ha hecho múltiples promesas de Scudetto; este verano volverán a pasar por lo mismo por no concretar el pase de Digne tras su cesión en el club, la venta de Pjanic y la seria lesión de Antonio Rüdiger. Agreguemos a eso la llegada de un nuevo arquero como Alisson y lo que eso siempre representa, la posible venta de Leandro Paredes –decisión que me parece francamente tonta-, quien brilló en un muy buen Empoli, y la posible llegada de un otrora protagonista de nuestro Blog –aunque también se puede marchar al Milan-, Mateo Kovacic, significan otro periodo de adaptación de un equipo que no cesa en su habilidad de conseguir talento desconocido y crear planteles competitivos, pero que requiere de constancia y de un plan para lograr el objetivo deseado. Spalletti es un entrenador que sabe manejar a sus jugadores y explotar su potencial; no dudo de que sea capaz de trabajar con lo que tiene (que no es poco porque cuenta con un muy buen grupo de jugadores) y moldearlos para que sean un equipo compacto; pero la realidad del asunto es que la Roma requiere de un plan para este año y un plan para el futuro. Es el último año de Totti y les aseguro que esa variable influye mucho en todos los romanistas; nadie quiere que este año sea un mero tour de despedida para su ídolo eterno; quieren que su monarca se despida a lo grande y para ello tal vez se requiera tomar un par de decisiones pragmáticas y de contrataciones que, aunque no sean las más seguras –ya vimos lo que pasó con esa “sure thing” que era Edin Dzeko-, sean el activo necesario para conseguir resultados inmediatos.

La pregunta del artículo en cuestión: ¿Puede la Roma destronar a la Juventus en el último año de Francesco Totti? Llámenme loco, pero yo creo que sí y les diré por qué: la motivación está ahí, tienen el mejor entrenador que puede pedir el club –Luciano es Roma y viceversa-, la plantilla tiene una mezcla más que interesante de jugadores y en la segunda vuelta de la temporada pasada se demostró la capacidad del club para ser el equipo más goleador de la campaña en la liga. Hay calidad, hay talento y hay inteligencia táctica; es el aspecto mental el que debe ser trabajado puesto que es esa fragilidad mental la que hace que no terminen de dar el paso final –es la mentalidad lo que los mantiene en un complejo de inferioridad al compararse con la Signora del Calcio. La Juve es poderosa; muy poderosa, me atrevería a decir. Pero nadie es invencible y pienso que, al final del día, la venta de Pjanic, el retiro del gran Francesco y la impronta de un loco (en un buen sentido) como Luciano, pueden traducirse en un equipo de la Roma que sabe que este año no es otro más: es el de una confrontación de proporciones babilónicas y que será recordada por muchos años.


A lo mejor estaré equivocado dentro de un año cuando lean este artículo de nuevo; después de todo, el fútbol es como la vida y está llena de inconsistencia. A lo mejor no ganarán nada y esta campaña es como todas las demás con una Juve campeona. Pero si tuviera que apostar dinero en algún equipo para arruinarle la fiesta a la dama del Calcio, sería a Francesco Totti, su Roma y su última cruzada con el club de su vida. Abogo por la épica y por lo dramático –después de todo, esto es Italia y esto es Roma.


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2 comentarios:

  1. Un detalle de claridad: el abandono de la curva Sud no es por una diferencia con la dirigencia.

    Es una acción de protesta por la decisión del prefecto de Policía de la ciudad de Roma de dividir ambas curvas del estadio olimpico (norte y sur) en 2 mitades implementando barreras de concreto.

    Los ultras también manifestaron protestas por la falta de apoyo de parte de las directivas de la Roma, pero la razón de la no asistencia siguen siendo las barreras. Y como dudo que las vayan a quitar, puede que la protesta acabe en nada, o que la curva siga vacia hasta cuando se construya el dichoso "Stadio della Roma"

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    1. Muchas gracias por ese detalle, amigo. Lo solucionaré. Espero que le haya gustado el resto del post :) Saludos.

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