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jueves, 27 de octubre de 2016

Cracks en las Sombras: Marek Hamsik, el superhéroe del San Paolo.



“Soy un pariente de los muertos, juramentado a alzarse de nuevo.”
-          Manowar, Hail and Kill.

¿Cómo definimos a un superhéroe? La pregunta se puede presentar retórica, pero muchas veces nos permite conseguir conclusiones, cuanto menos, interesante. Algunos dirán que es la capacidad de hacer lo correcto, de salvar el día, vencer al villano amenazante y, por supuesto, tener súper poderes. Pero hay otro elemento que muchas veces es olvidado: el sentido de pertenencia. Ser parte y baluarte de una comunidad a la cual están entregados y por la cual están dispuestos a dar sus vidas. ¿Se imaginan a Batman vigilando otros callejones que no sean los de Ciudad Gótica? ¿Se imaginan a Spiderman saltando de rascacielos a rascacielos de una ciudad que no sea Nueva York? Y más crítico aún, ¿se imaginan a Marek Hamsik jugando en otra cancha que no sea el San Paolo, dándolo todo por el Napoli y su gente? Un hombre devoto a sus aficionados y a su gente, el eslovaco ha creado una carrera que muchas veces es ignorada, pero que no menoscaba la trayectoria de un futbolista de una calidad incuestionable y que siempre se ha regido por sus propios principios, dejando de lado algunas de las idiosincrasias del fútbol moderno. Un hombre de otra época, si lo pensamos.

Sentado en la sala de mi casa, escribiendo este artículo, he pensado acerca de cómo el mediocentro del Napoli nunca ha recibido el crédito merecido por su carrera y por sus talentos. Un mediocentro mixto de oficio, el antiguo jugador del Slovan Bratislava y del Brescia ha sabido hacer mucho desde ese rol, haciendo las veces de enganche, de contención y hasta de regista, el rol a lo Andrea Pirlo, si necesitan un ejemplo, para su club y selección, para los cuales siempre se ha entregado al 100%. Tal vez sea el estilo tan Punk Rock de su peinado o el hecho de que desempeña en un club sin tanto perfil mediático; tal vez sea porque es de un país sin mucha cultura futbolística o quizás porque por más box to box que sea, abarca casi todos los elementos de lo que significa ser un mediocampista, dificultando especificar qué hace a Hamsik un jugador tan especial. Sea cual sea el motivo por el cual el capitán del Napoli no tiene el reconocimiento que debería ostentar en un mundo justo, hay que destacar que este caballero eslovaco radicado en el San Paolo ha tenido una de las carreras más románticas de los últimos años y siempre disponiendo de buen juego y grandes partidos. Como debe ser, hombre.

Firmando su primer contrato como profesional con el Slovan Bratislava de su Eslovaquia natal en 2002, el “Marekiano”, como le dicen los hinchas del Napoli, se presentó a la escena nacional como uno de los prospectos más emocionantes que habían tenido. Una suerte de niño prodigio que tras solamente seis partidos con el primer equipo de Bratislava ficharía en 2004 con el Brescia de Italia, por ese entonces club de la Serie A. Hamsik debutaría casi un año después, pero no tendría mucha suerte porque el club se iría al descenso, teniendo que batallar por unas cuantas campañas en los bajos mundos del Calcio. Esto fue, paradójicamente, beneficioso para nuestro protagonista puesto que pudo asentarse en el once titular del Brescia y hacer actuaciones que atraparían la mirada de varios clubes. Uno de ellos, el Napoli, tras su ascenso a la Serie A en 2007, se haría con los servicios del muchacho del peinado extraño de tan solo 20 años y con el presidente del club, el siempre polémico De Laurentiis, declarando que éste era uno para el futuro. Y qué futuro, ¿eh?

Su primera temporada en la Serie A como un jugador hecho y derecho fue bastante buena, ganando varios premios como jugador joven del año y recibiendo halagos al igual que comparaciones en su estilo con su ídolo de la infancia, Pavel Nedved. Incluso desde su tierna edad ya mostraba su talento con el balón en sus pies, la llegada al arco –fue goleador del equipo en sus dos primeras campañas- y la capacidad de cubrir mucho terreno con su atletismo. Una mezcla brillante entre sacrificio y clase, además de mucho gol. Y los hinchas del Napoli, vociferantes y apasionados como suelen ser en Italia, se encariñaron con su figura rápidamente, erigiéndolo como su gran bastión, incluso cuando llegaron talentos como Edinson Cavani o Ezequiel Lavezzi para fortalecer al club y hacerlo batallar por los primeros puestos de la Serie A.

Así como el Napoli escalaba posiciones, el mediocampista también aportó a que su selección participara en la Copa del Mundo en Sudáfrica, donde llegarían a unos 8vos de final, que es un hito para ese país. Siempre con Hamsik en la cancha y contribuyendo con su liderazgo, goles, asistencias y sacrificios. Y es que es ahí donde quiero hacer énfasis: Marek Hamsik es un futbolista capacitado para hacer de su juego algo tan simple a la vista y de manera muy consistente; desde que arribó a la escena en la Serie A ha rendido en un nivel tan alto que muchas veces es sencillo tomarlo por sentado, pero no es así. En su equipo y selección, por más que muchos compañeros y entrenadores hayan ido y venido, él sigue ahí, rindiendo y haciendo lo suyo para que estén en lo más alto de acuerdo a sus posibilidades.

Actualmente, el eslovaco se halla en su 9na temporada en el San Paolo y los rumores de su marcha no podrían estar más lejanos, en especial considerando su renovación en esta campaña hasta el año 2020. Y es que a pesar de ser un jugador sin tanto fuelle mediático, no ha evitado que muchos clubes importantes se interesen en su figura. De todas maneras, ahí sigue en el Napoli dando guerra y desempeñándose de la mejor manera posible, cosa que no es nada fácil considerando que jugadores como Lavezzi, Cavani, Inler, Higuaín y muchos otros han dejado el club con el pasar de los años pero él sigue fiel a esos colores y ha dejado pasar posibilidades como fichar por el Milan de Allegri en 2011, Arsenal, Chelsea, Bayern Múnich y un par más para seguir en este equipo. Y en un mundo donde incluso los hinchas ya no se molestan tanto por el cambio de camisetas o que sus ídolos se vayan a clubes rivales, es bastante alentador que un futbolista que no nació en Italia y que tampoco es formado en el Napoli declare tanto amor por la camiseta a través de su lealtad y sus actuaciones.

Diego Maradona siempre será la mayor figura de la historia del club napolitano por lo que hizo en la década de los 80s; sus logros fueron de una estatura monumental y supo levantar a un equipo chico para competir y ganar grandes cosas. Ahí está su lugar como el mejor de todos los tiempos del Napoli y, para muchos, del fútbol en general. Pero en la escuadra italiana, luego de Maradona, Hamsik. Eso nadie debe cuestionarlo y es que superhéroes hay muchos; superhéroes con sentido de pertenencia hay pocos. Y si hay algo que quiero destacar en estos balbuceos es el mero hecho de que hay jugadores como Hamsik que, de cierta manera, dignifican una profesión que muchas veces es tachada de mercenaria y que parece haber perdido sus valores morales, que al final del día son más importantes que cualquier título o premio individual, por más que nos digan lo contrario. Hamsik dignifica al futbolista moderno al demostrar que no todo se trata de dinero, fama o tener mujeres; que se trata de darlo todo siempre en la cancha y representar de manera orgullosa a los hinchas que entregarían todas sus posesiones y mucho más por estar un mísero minuto en el campo en su lugar. De eso se trata y eso ha demostrado. Lo demostró a su manera.

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