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sábado, 19 de marzo de 2016

Historias de Interés: crisis, las tres caras de la Vinotinto.



NOTA: este artículo es de la autoría de J. Leonardo Rodríguez, quien es el nuevo fichaje de nuestro Blog. Venezolano, nos entrega un artículo que da a conocer la realidad futbolística de su país y cómo éste ha evolucionado con el pasar del siglo. Espero que les guste su impronta y que éste artículo sólo sea el primero de muchos.
A diferencia del resto del continente, donde el fútbol es el principal deporte rey, en Venezuela existe una mayor afición por otros deportes, como el béisbol y el baloncesto. Si bien el béisbol es el deporte principal en la nación, el fútbol es el más practicado organizadamente, lo que convierte a Venezuela en uno de los países con mayor futuro y potencial en el mapa futbolístico sudamericano. “Esto podrá ser realidad cuando se tomen el futbol bien en serio”, como han dicho muchos criollos en los últimos tiempos.
Richard Páez, Cesar Farías, Noel Sanvicente, o como los conoce coloquialmente la afición, “El Doctor”, “El Profe”,” El Chita”. Son los nombres que resuenan en los últimos periodos y actualidad de la selección venezolana.
Veamos un poco los resultados de estos personajes:

Richard Páez, “El Doctor”, conocido así por sus estudios en la profesión mientras jugaba de futbolista profesional en la década de los 80s. Su llegada al banco técnico de la selección empezó con buen pie; su debut se dio a conocer por el buen desempeño mostrado por el equipo. Si vamos a la historia, los resultados para Venezuela empezaron el 14 de agosto de 2001. Allí, la selección venezolana derrotó por primera vez en su historia a Uruguay 2 a 0 en Maracaibo. El equipo de Páez derrotaría luego el 4 de septiembre como visitante a Chile con marcador de 2 goles por 0, lo que significó la primera victoria como visitante en eliminatorias en toda su historia.
La siguiente víctima sería Perú el 6 de octubre caería en San Cristóbal con un marcador de 3 a 0. En la penúltima fecha, Venezuela derrotó en San Cristóbal a Paraguay 3 a 1. La exitosa racha la terminaría Brasil en la última jornada, ganando 3 a 0 al cuadro vino tinto. Venezuela, de la mano de Páez, terminó en la novena posición con 16 puntos producto de cinco victorias y un empate, siendo la primera vez que no culminaba en el último lugar de las eliminatorias.
Durante las eliminatorias para Alemania 2006, Venezuela ya había conseguido su mejor posición en el Ranking FIFA consiguiendo el puesto 48 en abril de 2004, además siguió cosechando resultados históricos e importantes.
El primero fue el 15 de noviembre del 2003 cuando Venezuela derrotó a Colombia 1 por 0 en Barranquilla. Tres días después en Maracaibo, los dirigidos de Páez perdían 0 a 1 al min 90' contra Bolivia, pero en los últimos minutos lograron una victoria agónica por 2 a 1. Con esa victoria Venezuela se colocaba en un inédito quinto puesto, siendo la primera vez que este país se colocaba en posición de repechaje para el Mundial.

El punto más alto llegó el 31 de marzo de 2004. Venezuela dio la sorpresa mundial, cuando vencieron a Uruguay en Montevideo 3 goles por 0, en lo que sería llamado el “Centenariazo”. Con esa victoria, Venezuela se colocó en el cuarto puesto, sólo superada por Brasil, Argentina y Paraguay (este último por diferencia de goles). A partir de ahí, la Vinotinto perdió motivación y finalizó octava con 18 puntos por encima de Perú y Bolivia.
Pero toda historia tiene un lado oscuro. Jugadores de renombre mundial de natalidad venezolana buscaron dar su apoyo a la selección, pero fueron descartados por Páez. Los más relevantes fueron Danny Alves –enganche que militaba en la liga portuguesa y que nada tiene que ver con el actual lateral diestro del Barcelona, para algún desentendido- que buscó a la selección y nunca fue convocado ni tomado en serio por dicho director. Sabemos que Danny representando a los Lusitanos se representa a sí mismo como lo que es: un “Venezolano”.
Jeffren Suárez, quien manifestó su apoyo a la Vinotinto, también fue descartado con un sutil “no” de dicho técnico después de que éste jugador le pidiera tiempo por motivos de recuperación por una lesión que estaba padeciendo en el momento del llamado. Posteriormente, Suárez acabaría siendo blanco de críticas en los años posteriores por decir en una entrevista vía ESPN radio de Latinoamérica que “desde que me cerraron las puertas en la selección no quiero saber nada de Venezuela”
Lo acontecido anteriormente fue una rabieta de muchacho como dando entender “un ojo por ojo y diente por diente”. Hoy en día, Jeffren es jugador activo de la selección nacional,  bajo el mandato del “Chita” Sanvicente donde le ha sabido tapar la boca a más de a uno y demostrando que viene a sudar la camiseta por el equipo y a tener su puesto a base de trabajo.
En palabras de este humilde crítico “Páez dio historia, pero también creó discordia”.

Cesar Farías, “El profe”, asumió la conducción de la Selección tanto de las mayores como la de juveniles en diciembre de 2007 luego de la renuncia del director técnico Richard Páez, para el alivio personal de este autor (aunque respetamos a quienes difieran).
Con la Selección de fútbol sub-20 de Venezuela logró ir al primer Mundial de fútbol en la historia del país, Egipto 2009, donde llegó hasta los octavos de final.
En la clasificación de Conmebol para el Mundial del 2010, el combinado nacional finalizó a dos puntos del puesto de repechaje. A pesar de esta derrota, no se retiró y continuó con el trabajo al mando de la selección. Amplió el universo de jugadores y enfatizó en estudiar esquemas y tácticas. Del "pelotazo largo efectivo" que, irónicamente, no le resultó muy efectivo, pasó a un juego de más toques en corto y compenetración en las líneas.
Con ese planteamiento llegó a la Copa América 2011 donde consiguió por primera vez en la historia el cuarto puesto luego de haber sido derrotado por Paraguay en la semifinal y posteriormente por Perú. De esta manera, consiguió el mejor puesto hasta el momento de Venezuela en una edición de Copa América.
En la clasificación de Conmebol para la Copa Mundial del 2014, la selección de fútbol de Venezuela quedó fuera del Mundial tras culminar en el sexto lugar de la clasificación luego de haber empatado en casa ante Paraguay (1-1). El 30 de noviembre de 2013, luego de casi dos meses de haber culminado la eliminatoria, el propio Farías, a través de su cuenta de Twitter, publicó su renuncia a la selección nacional.
Farías, criticado brutalmente por optar con una selección de repatriados y nacionalizados, quiso darle otra cara al fútbol de venezolano. Jugadores como el defensor Andrés Túñez, en ese entonces del Celta de Vigo de España y actualmente jugador del Buriram United Football Club de Tailandia, nacido en el país hijo de gallegos emigrados con los que regresó a los ocho años a España, también el volante Julio Álvarez del Club Deportivo Numancia de Soria en un caso similar al anterior y los hermanos Rolf y Frank Feltscher nacidos en Suiza, hijos de madre venezolana, completaban la lista.
Además, el guardameta Dani Hernández, jugador del Real Valladolid actualmente y también hijo de gallegos como los acotados, aceptó el llamado del seleccionador venezolano en varios encuentros amistosos y formó parte de la expedición de Farías en el torneo continental de la Copa América.
El secretario general de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), Jesús García Regalado, declaró que la decisión de estos futbolistas de jugar finalmente con Venezuela fue gracias a la excelente actuación en la Copa América que abrió el camino a un mayor reconocimiento.
"Si hubiéramos quedado de últimos, es claro que no vienen. Aparte de la actuación de Venezuela, el que los convence para jugar es Farías", dijo el dirigente.
Manuel Plasencia, hoy en día director provisional de la selección, dijo que las incorporaciones como Fernando Amorebieta, defensor del Fullham Football Club y por ese entonces del Athletic de Bilbao, fue un "regalo de Dios".
“Es una virtud tener a un jugador como ése que juega en una liga tan competitiva como la española, en un equipo tan difícil como el Atlético de Bilbao en su momento y es figura; un jugador de perfil zurdo que es difícil de conseguir hoy en día”, dijo Plasencia sobre el nacido en las Islas Canarias.
Para Plasencia, la Copa América con su cuarto lugar, le "abrió una ventana al mundo” al fútbol de Venezuela y así como estos repatriados, varios de jugadores mostraron y siguen mostrando interés por la selección nacional.
Ratificó que la inclusión de estos jugadores "influirá" positivamente en las divisiones inferiores de los equipos venezolanos, especialmente en las nuevas generaciones.
García Regalado recordó que esta lista de repatriados comenzó en 1999 con el defensor André “Varilla” González, pero fueron el “italiano” Massimo Margiotta y el “español” Jonay Hernández los que catapultaron esa opción. Los que vinieron recientemente estaban prácticamente fuera de Venezuela. El primero fue Massimo Margiotta, nacido en Maracaibo, hizo su carrera en Italia y jugó con la esa selección en la categoría sub-21.
Otro caso fue el defensor Jonay Hernández, hermano del portero Dani, que debutó en el Real Madrid B a finales de los noventa y nunca ha jugado en su país. Debutó con la selección de Venezuela en 2003 y su último encuentro fue contra Brasil, en la primera victoria Vinotinto ante la Canarinha por 2-0 en agosto de 2008.
La “Varilla” González nació en Venezuela, pero hizo toda su carrera desde las divisiones inferiores en el gigante uruguayo, Peñarol. La diferencia es que cuando fue convocado en 1999 por el entonces seleccionador de Venezuela, el argentino José Omar Pastoriza -ya fallecido-, González jugaba por primera vez en su país con el Caracas Fútbol Club.
Otros venezolanos de nacimiento han jugado en otras selecciones, como el actual centrocampista de Chile Jorge Valdivia, quien nació y vivió en Maracaibo, pero decidió jugar con el país de origen de sus padres. Cabe destacar que existen más jugadores que están entrenzados en la Vinotinto, como lo son Aurélien Collin y Mattia Desole que, aunque no son venezolanos de nacimiento, se sienten identificados con el país.
Aurélien es un futbolista francés que en la actualidad hace vida profesional en la MLS, donde juega en el Orlando City, mismo conjunto en donde milita el brasilero Kaká. Collin está directamente ligado a Venezuela, pues su esposa es nativa de tierra Vinotinto, por lo que el defensor ha mostrado gran interés en jugar con la selección nacional.
En una entrevista para un programa radial, el nativo de Enghien-les-Bains aseguró que "estoy muy interesado en jugar con Venezuela. Desde hace mucho tiempo, además quisiera tener la posibilidad". Collin, que tiene una casa en Barquisimeto, Edo. Lara, explicó que sigue desde hace mucho tiempo a la selección venezolana y "estoy al tanto de las cosas que ha hecho últimamente".
Por otro lado Mattias Desole, hermanastro de Frank y Rolf Feltscher, nacido en Zürich, Suiza el 5 de octubre de 1993 es un defensor que actualmente milita en el Chiasso de la Challenge League de ese país, cedido por el AC Milan de la Serie A.
Ha sido internacional con Suiza en las categorías Sub-17 y Sub-19, siendo capitán en el campeonato Europeo Sub-17 de la UEFA 2010. En total, jugó 20 partidos y marcó 5 goles con las selecciones juveniles de Suiza. Luego de que sus hermanastros Frank y Rolf dejaran atrás su pasado en las selecciones juveniles de Suiza y acudieran al llamado de la selección de fútbol de Venezuela en 2011, y al estar su padre casado con una venezolana (madre de los Feltscher), éste comenzó a tramitar el pasaporte venezolano.
“Mi papá es quien está resolviendo todo para yo poder tener el pasaporte venezolano. Será un gran honor si un día puedo jugar con la Vinotinto, más con mis hermanos ahí. Por ahora estoy con la Sub-19 de Suiza, pero tengo ese sueño”, dijo Mattia en su momento.
Sería bueno tener estos defensas centrales en la selección, ¿verdad? Lo cierto es que muchos piensan que la Vinotinto dejó de ser “selección” para convertirse en un “club”. A mi pensar, esto es bueno y  malo al mismo tiempo, aparte los que militan en la división nacional sentirían más competencia  y el compromiso seria más alto. ¿Quién no sueña con tener una selección que la consideren maquina y haga temblar a cualquier rival?
Noel “El chita” Sanvicente es uno de los más enigmáticos entrenadores del balompié nacional y actualmente es el DT de la Vinotinto de mayores. Su etapa como jugador se remonta a la década de los 80s y 90s: jugó en cuatro equipos de la Primera División de Venezuela; el primero de ellos fue el Club Deportivo Mineros de Guayana donde debutó, luego pasó al Club Sport Marítimo de Venezuela equipo en el cual obtuvo cuatro campeonatos (1986/87, 1987/88, 1989/90 y 1992/93). Cuando fue fichado por Minervén, logró un subcampeonato en la 1994/95 y el campeonato 1995/96). Por último, llegó al Caracas Fútbol Club, equipo del cual se tiene que retirar por sufrir una fuerte lesión en una rodilla.
Después de que esta grave lesión lo separó de las canchas decidió volver, pero esta vez sería distinto. Noel Sanvicente realizó su preparación de entrenador de fútbol  en Argentina, Brasil y México.
Su carrera como director técnico comienza en 1998 cuando el Caracas Fútbol Club lo apoya para que dirigiera un equipo de categoría menor. Restando 4 partidos para finalizar la temporada 2001/02, es designado director técnico del Caracas Fútbol Club, iniciándose así la mejor etapa del equipo rojo desde su fundación al lograr los títulos de 2002/03, 2003/04, 2005/06, 2006/07 y 2008/09, además del subcampeonato en la campaña 2004/05 y la 2007/08. El 17 de marzo de 2010 renuncia al Caracas FC por no estar contento con los resultados del equipo a pesar de su buen juego en la Copa Santander Libertadores.
Para la temporada 2010/11, ficha con el Real Esspor de Caracas, equipo con el que tiene una gran temporada en la que queda a 1 punto de ser campeón del Torneo Clausura 2010 y queda de segundo en la tabla acumulada, pero para la siguiente campaña, y debido a una serie de malos resultados ligados a problemas con la directiva del club, decide renunciar a su cargo el 2 de diciembre del 2011
Para la temporada 2012/13, recibe ofertas del Deportivo Táchira pero no acepta. En su lugar, acepta la oferta del Zamora Fútbol Club con la condición de realizar un proyecto a futuro con un equipo que, hasta ese momento, era poco conocido en el fútbol nacional.
Pese a no prometer títulos inmediatos al llegar al club, sorprende al llegar a semifinales de la Copa Venezuela 2012  y contra todo pronóstico con un equipo de poco renombre queda campeón del Torneo Clausura y dos semana más tarde se coronaría campeón de la temporada empatando en la ida en el estadio La Carolina 1 a 1 ante el Deportivo Anzoátegui y ganando 2 a 1 en la vuelta, convirtiéndose en el proceso en el primer entrenador en ganar una estrella con el Caracas Fútbol Club  y un equipo distinto.
En la temporada siguiente, y con un plantel muy parecido al que terminó campeón de la campaña previa, Noel Sanvicente consigue el Torneo Clausura en un reñido partido contra Zulia Fútbol Club  en el cual consigue la victoria 3 a 2 en el último minuto con un gol de Juan Falcón ante el equipo zuliano y tendría que enfrentarse al Mineros de Guayana en la gran final. En el encuentro de ida, el equipo de Barinas logró imponerse 4 a 1 al equipo Guayanés con un gol que hizo Juan Falcón en una jugada de Fair Play. En el partido de vuelta en el C.T.E. Cachamay, Mineros se impuso con un marcador de 2 a 0 ante Zamora, pero no logró ser suficiente para obtener la copa ante su público, ya que el marcador global quedó 4 a 3 a favor de Zamora FC. Con este resultado, Noel Sanvicente consigue su séptimo campeonato.
Noel Sanvicente es en números el que más torneos ha ganado en el fútbol venezolano y es el primero en ganar 7 campeonatos. El primero en ganar un campeonato con un equipo distinto luego de dirigir al Caracas Fútbol Club y el que más palmarés tiene desde que comenzó a dirigir a finales de la temporada 2001/02. Además, Noel Sanvicente se destaca como el técnico con más puntos del torneo venezolano -ha sumado 807 de 1.341 puntos posibles.
Luego de la renuncia presentada por el director técnico Richard Páez, la FVF comienza a negociar con diferentes técnicos para que asuman la dirección de la Vinotinto y entre ellos se encontraba Noel Sanvicente. Sin embargo, luego de diferencias con la FVF sobre el plazo, “El Chita”, quien exigía que fuera de 4 años a cargo de la selección y una mayor remuneración, la FVF decidió no contratarlo, ante la crítica de la opinión pública. Fue seleccionado en su lugar César Farías y el resto de la historia ya la conocemos.
El 16 de julio de 2014, distintos periodistas y medios de información de venezolanos confirmaron que Noel “El Chita” Sanvicente dirigiría a la Vinotinto y que su nombramiento se haría oficial el jueves 17 de julio de ese mismo año. Esta decisión llega después de que el 11 de octubre de 2013 el antiguo Director Técnico César Farías dirigiera su último partido y luego de que Manuel Plasencia ocupara ese puesto en condición de interino ante Honduras para un partido amistoso. La elección de confirmarse surge tras distintos rumores que vincularon a varios entrenadores, tanto locales como pocos extranjeros.
Números importantes e históricos, ¿no es así? Pero como DT de la Vinotinto no ha tenido mucha efectividad como en el torneo local.
Una vez al mando de la selección implementó un sistema de juego en el que no muchos estuvieron de acuerdo; el juego defensivo y a los pelotazos largos en la línea de lo hecho en los 80s donde el futbol no era lo bastante perfeccionado como hoy en día. Pese a la mal racha, “El Chita” siguió con su sistema rotando varios jugadores y posiciones en el proceso. Pero aun así, no dio resultados y esto creó una serie de desacuerdos entre el DT y los jugadores.
Pese a los resultados y malos comentarios de la directiva de la FVF, los jugadores levantaron un acta pidiendo la renuncia de dicha directiva.
Ya estamos a estas fechas topes para el centenario de la Copa América y siguen siendo los mismos que empezaron. Aprendiendo a trabajar bien en equipo y dejando el nombre de Venezuela en alto. Como venezolanos, no dejamos de soñar que nuestra selección nos lleve a un Mundial de mayores. Es una meta por cumplir.
Lo malo de esto es que mientras la Vinotinto no vaya a un Mundial, las autoridades competentes no se tomarán el deporte enserio. Mientras nuestro fútbol siga lleno de una federación y unos federativos que desvían los recursos, donde los campos y estadios no son dignos de dicho deporte, donde el salario de los jugadores sea mediocre y mientras exista gente como ésta, seguiremos un peldaño abajo de las demás selecciones. A pesar de todo, sabemos que los venezolanos somos “echados pa´lante”, como se dice en nuestro argot popular, y hay varios jugadores dándole duro en el extranjero, que son reconocidos y postulan en las lista de los mejores del mundo. Sin embargo, seguimos en una crisis que crece cada vez más y mientras siga la ineptitud de la directiva de la FVF, seguiremos dudando sobre las intensiones de tomar al futbol más en serio.

“No me juzguen por escribir lo que pienso; sólo digo la verdad desde mi punto de vista, ya que así lo ven, Kent”
-          Kent Brockman.

viernes, 4 de marzo de 2016

Historias de Interés: Feyenoord, los hijos olvidados de Róterdam.



“El momento más solitario en la vida de alguien es contemplar cómo su mundo se derrumba y que solo pueda quedarse mirando.”
- F. Scott Fitzgerald
En Mayo de 1.940, comenzaban a mostrarse los primeros vestigios de lo que sería conocido como la Segunda Guerra Mundial y éstos tomaban forma de bombardeos a múltiples ciudades. Las fuerzas armadas de Adolf Hitler atacaron las fronteras belgas y holandesas hasta comenzar a atacar con sus hombres mediante bombardeos a diferentes localizaciones del territorio a invadir. Entre todo el terreno tocado por la barbarie y la brutalidad del armamento Nazi, se encontraba la ciudad de Róterdam. El centro de la ciudad fue devastado, muchos edificios ardieron en llamas, miles de personas murieron y muchas más se quedaron sin hogares. Y otra víctima de todo esto fue el estadio De Kuip del equipo de fútbol de la ciudad, el Feyenoord, que fue quemado casi hasta sus cimientos por los ataques germanos tras tan solo tres años de su constitución. Sin ahogarse en la tragedia, el club tomó los retazos de lo que les quedaba luego de la guerra y construyeron una versión expandida de De Kuip en el ’49, como un testimonio de que habían superado este desdeñable suceso que les había tocado padecer. Y verán, esta habilidad para levantarse de las dificultades y continuar a pesar de todo se ha convertido en el modus operandi de un club que siempre se ha sentido orgulloso de ser “uno más” con sus hinchas y este estadio que una vez fue destruido por la tragedia, hoy en día es visto como el más apasionante y vivo de Holanda. Un club que se enorgullece de llamarse “el club de la gente”, pero cuyos hijos hoy se ven olvidados en estos tiempos modernos.

La actualidad y los días en los que estamos no han sido para nada alentadores para los de Róterdam. Ni cerca. Tras un comienzo alentador en la campaña que comenzó a transmutar en una racha muy negativa, está más que claro que el Feyenoord se halla en un estado de completa decadencia y el club no parece encontrar el camino para salir de este abismo en el que se han metido. Aunado a eso, pesan casi dos décadas de malas decisiones que se han traducido en 17 años sin un título de liga, pasar varias temporadas sin llegar a competiciones europeas, cortejar en el 2.010 con el descenso y un sinfín de contrataciones lamentables. Pero lo más doloroso de todo para sus hinchas es cómo su ilustre historia se ha visto ninguneada a los ojos del mundo futbolístico. Cuando los aficionados de este deporte hablan de la Eredivisie, lo más probable es que solo hablen del Ajax de Ámsterdam y del PSV Eindhoven. Muchas personas desconocen que detrás de esta actualidad tan desgarradora, se esconden, en lo profundo de los velos de la nostalgia, algunos de los momentos más importantes del fútbol holandés a nivel clubes y una de las primeras aristocracias del balompié europeo. Una aristocracia adicta al caos y que no parece vivir sin ese toque de ambivalencia para sentirse a gusto. Pero bueno, ¿acaso nunca hemos sido así en algún punto de nuestras vidas? El fútbol necesita locura y este club lo ofrece a raudales.



Feyenoord siempre han sido de los equipos más exitosos en la historia del fútbol holandés, pero no todos saben que durante los años 60s y 70s fueron los primeros en poner el nombre de Holanda en la palestra del fútbol europeo. A finales de los 60s, el club de Róterdam buscaba montar un buen desafío en la entonces Copa de Europa (ahora llamada UEFA Champions League) y decidió hacerse con los servicios de uno de los grandes visionaros de la época, Ernst Happel. El otrora defensor austríaco venía de cosechar un título con el humilde ADO Den Haag, la copa KNVB Beker al legendario Ajax de Rinus Michels y un cuarto lugar en la Eredivisie practicando un fútbol ofensivo y agresivo con una formación táctica que variaba entre 4-3-3 y 4-2-4 que, para esos tiempos, era algo inédito en Holanda. Aunque el Ajax de Michels recibió todo el crédito de ser los precursores del Fútbol Total que se traduciría en la Naranja Mecánica de la selección de Holanda del ’74, el Feyenoord de Happel fue el primer equipo en practicar este sistema táctico y el propio Michels tomaría nota de esto para formar su equipo alrededor de un joven pero irrepetible Johan Cruyff. Basados en la columna vertebral de su gran capitán Rinus “Iron Rinus” Israël en la defensa central, el también austríaco Franz Hasil en el mediocentro y el habilidoso extremo Coen Moulijn –uno de los mejores extremos europeos de la década y conocido como Mr. Feyenoord-, el equipo de Happel supo hacerse con dos títulos de la Eredivisie y el Olimpo del Feyenoord: la legendaria Copa de Europa de 1.970 al derrotar a otro histórico del fútbol, el Celtic de Jock Stein, por dos a uno en un partido que simbolizaría el ascenso del Feyenoord y de toda Holanda a la cima del deporte.



Luego de un triunfo histórico en el San Siro contra el Celtic donde Stein diría que “Celtic no ha perdido contra el Feyenoord; yo he perdido contra Happel”, se conquistaría la Copa Intercontinental al derrotar a Estudiantes de la Plata en una final de ida y vuelta. El éxito abundaba y otro título de liga llegaría en la temporada 1.973/74, además de una Copa UEFA ese mismo año, pero Happel ya no estaba para ese momento y el club iría perdiendo esa identidad tan clara e innovadora que habían ostentado con el una vez defensor del Rapid Viena como entrenador. Por casi una década, aquel gran Feyenoord que inspiró a una nación entera y que fue vital para la histórica selección Oranje de los 70s se fue diluyendo hasta ocupar la segunda plaza de manera repetida detrás de un Ajax que se había cimentado como el más grande del país por su trío de Copas de Europa con Cruyff y con el éxito posterior en el ámbito doméstico. Todo esto sin mencionar la aparición de clubes como el PSV Eindhoven o el AZ Alkmaar. Era un escenario que se iría volviendo algo rutinario para el club de Róterdam, pero al mal tiempo siempre le han dado buena cara y éste era uno de esos casos. ¿Y quién hubiera dicho, por allá a comienzos de los 80s, que quien los ayudaría a retornar a la cima de la Eredivisie sería su más grande enemigo? Creánlo o no, hubo un año en que Johan Cruyff, leyenda máxima del Ajax, vistió la camisa del rival eterno.



A pesar de haber tenido 36 años en el ’83, el futbolista más grande que ha dado Holanda aún era un jugador fenomenal, pero el club de Ámsterdam pensaba diferente y decidieron no renovarle el contrato, cosa que resultó en Johan vistiendo la camisa del eterno rival en la temporada 1.983/84 para conseguir retribución y demostrar que no estaba acabado. Lo que vino a continuación fue un año olvidado en la carrera de Cruyff, pero que aún abundaba de buen fútbol y, emparejado con un joven Ruud Gullit en el ataque, el Feyenoord se embarcó en una gran temporada que incluyó una racha de 15 partidos sin perder y la obtención de una liga y una copa. Los meses de Cruyff en De Kuip, apoyado por un grupo bastante bueno de jugadores, supuso uno de esos periplos futboleros del gran holandés donde se le pudo ver cómodo y rindiendo a un nivel bastante alto. Luego de ese año, la leyenda del Ajax se retiraría y Gullit se iría a los contrincantes del PSV, causando que más de un hincha radical fuera a encarar al otrora ídolo de Róterdam. Los 80s se tornaron negativos para el Feyenoord y los 90s probarían ser otra prueba amarga al haber conseguido tan solo dos títulos de liga –los de la 1.992/93 y la 1.998/99-, que probarían ser los dos últimos del club hasta la actualidad.

El nuevo milenio supuso un comienzo positivo y que auguraba buenas cosas para el club holandés, pero, como es su costumbre, tuvieron que alternar la gloria con el más que pesado sufrimiento.

La Copa UEFA de la campaña 2.001/2.002 fue un logro vital y que aún se disfruta entre la hinchada del Feyenoord. La final fue contra un gran equipo del Borussia Dortmund –antes de que fueran el equipo de moda de los niños rata- en el mismísimo estadio del Feyenoord, De Kuip, rebosante de hinchas que deseaban ver a su equipo campeón de Europa. El partido fue un excitante tres a dos donde se enfrentaban dos grandes equipos; eran Robin Van Persie, Jon Dahl Tomasson y Pierre Van Hooijdonk contra Jan Koller, Marcio Amoroso y Tomas Rosicky. Los de Bert van Marwijk se coronaban campeones de Europa en su propio estadio y esta generación hoy es vista como la última gran generación que ha ostentado el club.



Lo que vino a continuación es una seguidilla constante hacia el mismísimo abismo de la decadencia y de perder el lustre que todo equipo grande debe de tener. Después del 2.002, el Feyenoord ha caído en la peor época de su historia y donde han tenido que pasar por todos los males que pueden llegar a padecer los clubes en Europa: perdida de sus mejores jugadores, mala economía, cambio de dueños, muchos fichajes caros de pobrísimo rendimiento y cambios constantes de entrenadores. En comparación al Ajax o al PSV, que se han mantenido constantes en el ámbito doméstico –en competiciones europeas es otro cantar para todos los equipos holandeses-, el Feyenoord es un club que hiede a caos durante cada una de sus temporadas y que sufre por hallar la consistencia deseada. Todo esto es debido al hecho de que el club se ha estado administrando de manera errónea y sus directivos siempre han tomado decisiones reaccionarias para tratar de solventar la situación, pero la realidad del asunto es que las contrataciones extravagantes del club han generado más deudas que resultados deportivos y su falta de inversión en las instalaciones del club y sus juveniles para adaptarse a estos tiempos los ha puesto por detrás de los grandes de la Eredivisie, incluso cayendo más en la segunda línea del AZ y el Twente.



Luego de una debacle (más) pronunciada en la temporada 2.010/11 donde coquetearon con el descenso, incluyendo una humillante derrota por diez a cero contra el PSV, el club contrató a Ronald Koeman como entrenador y éste apostó por las juveniles para reestructurar un equipo dolido. El rendimiento del equipo mejoró mucho y jugadores como Stefan De Vrij, Bruno Martins Indi y Jordy Clasie, además del préstamo del prometedor delantero sueco John Guidetti, encontraron en esta época del club un espacio para debutar y convertirse en íconos modernos de una institución que hoy en día no tiene mucho de que sentirse orgullosa.

Y aún así, los aficionados siguen yendo a De Kuip y muestran su apoyo al club. El estadio del gigante de Róterdam es una caldera cada quince días y es el recinto más apasionado de toda la Eredivisie, por más que el club no se encuentre en un buen momento. Para los más jóvenes, se puede comparar a De Kuip y a su hinchada con los del Borussia Dortmund –clubes que se asemejan mucho en esa dualidad entre el cielo y el infierno.



Llegamos al 2016 y podemos decir que los flirteos con la grandeza que terminan en decepción siguen en pleno auge. Giovanni van Bronckhorst, leyenda del club, arribó como entrenador y el experimentado Dirk Kuyt, otro gran ídolo del club, también. Han regresado para inyectarle algo de energía al club y aunque al principio de la campaña estuvieron peleando por el primer lugar, el juego del equipo no era el mejor y fueron decayendo hasta cosechar una racha histórica de siete derrotas consecutivas de la acaban de salir hace una semana. Tiempos difíciles abundan a raudales en Róterdam y el club deberá hacer muchos cambios para volver a celebrar títulos de liga y ni hablar de los internacionales, pero lo que es seguro del Feyenoord es su capacidad de alternar momentos brillantes con derrotas desalentadoras. Más que una institución deportiva, son un ejemplo de cómo es la vida y de cómo hay que compaginar los episodios dulces con los más amargos. Es un club que ya ha perdido el brillo de otrora y que hoy en día no suponen ser un gran punto de interés para los entusiastas del deporte, pero que esconde una pasión inconmensurable en sus hinchas y un patrimonio histórico que es vital para comprender el fútbol holandés. Sin el Feyenoord y los logros que cosecharon con Happel, tal vez el Fútbol Total no hubiera existido como lo conocemos. Feyenoord es una parte esencial de Holanda como ente futbolístico.



Y es que hoy en día son los hijos olvidados de Róterdam, pero que nadie se equivoque: éste es un club de ésos que pueden soportar cualquier golpe y seguir adelante. Cuando tiren todas las bombas, los del Feyenoord tomarán los restos y construirán sobre los cimientos destrozados. Ya lo han hecho antes.