Vistas a la página totales

martes, 9 de agosto de 2016

Zona Cafetera: El gran, ¡Junior, tu papá!




Este artículo es de la autoría de Yeison Plazas, como todos en esta categoría.

Por pedido de la afición barranquillera, y aprovechando la celebración del cumpleaños 92 de esta institución, una de las más grandes del fútbol colombiano, nos remontaremos a una final histórica y un campeonato que no se borrará en la mente del hincha Tiburón. En el año 1993 se disputó un partido a muerte entre el vigente campeón del año anterior, el América de Cali, y un Junior con una formación envidiable: contaban con Carlos “el Pibe Valderrama, el goleador de raza pura y gran cobrador de tiros libres, el Bombardero Iván René Valenciano, además de dos habilidosos con el balón como el Nene Mackenzie y Víctor Pacheco.

El camino para Junior en ese año fue perfecto: clasificaron primeros en el “todos contra todos” –el formato liguero de ese entonces en Colombia-, contaban con el goleador del torneo, Miguel Guerrero, y todo parecía indicar que la estrella número tres llegaría a Curramba, para romper con una sequía de más 13 años sin un título.


Llegaron a disputar el cuadrangular A y sus rivales eran un Atlético Nacional, que contaba con un una joven promesa que después se convertiría en ídolo, Víctor Hugo Aristizábal; un Millonarios urgido de un título; y un Once Caldas que, si bien había clasificado tercero en la ronda previa, no era uno de los favoritos.

Clasificaron en el segundo lugar a la ronda final donde la disputaría con un Independiente Medellín que venía de menos a más, y eso es lo bonito de la liga colombiana: los equipos clasificados de octavo toman una fuerza al final, un América que, si bien era favorito, presentaba una temporada irregular, y Nacional venía haciendo un buen juego.

Pero para un 19 de Diciembre de 1993 -una fecha importante para la escuadra roja del valle porque en ese mismo día, pero en el año de 1979 conseguiría su primer título- disputaba su último partido a vencer o morir contra las estrellas del Junior, en el estadio Metropolitano.

Fue un juego con mucha fricción con idas y venidas, el urgido era Junior que debía ganar para no perder la estrella en su casa, y los “Diablos Rojos” eran un hueso duro de roer; trascurrían los minutos y la afición barranquillera miraba con ansiedad a sus once batirse en la cancha peleando cada balón para lograr el tan deseado título.


Alex Escobar pone en ventaja a la escuadra visitante, y Miguel Ángel Guerrero saca su casta de esos delanteros cuando están en racha no los para nadie y con dos goles de gran factura remonta el marcador. Hasta ese momento todo era fiesta en el Metro, pero un penal ejecutado por Wilson Pérez pone el empate y deja en desconcierto a los aficionados que se encontraban en el estadio.

En simultanea el corazón Juniorista estaba en Medellín, un triunfo del Poderoso de la Montaña, dejaría sin posibilidad alguna de campeonato, y el DIM hacia su trabajo ganando el clásico ante Nacional; solo faltaba el pitazo final en Barranquilla y el Medellín seria campeón, el partido ya había culminado en el Atanasio Girardot, incluso ya estaba dando la vuelta olímpica, pero los partidos se acaban en el minuto noventa.

La desazón rondaba en Curramba, algunos hinchas lloraban, otros rezaban, faltaba una jugada en el minuto 89 y el gran Oswaldo Mackenzie, un jovencito”, marca un gol de gran factura, con un pase del habilidoso Valderrama.

3x2, sí señores. El estadio se emociona, Edgar Perea en su narración en televisión -el cual falleció este año y lo recordamos con cariño-, hincha Juniorista a morir, canta ese gol con el alma como él lo sabe hacer, y pone el famoso apodo Junior, tu papá.


La historia se revierte: Medellín se convierte en un mar de lágrimas, y Junior marca una de las grandes proezas del fútbol colombiano, y éste fue el camino para que el año siguiente los “tiburones” hicieran una gran Copa Libertadores.

Los recordamos con respeto, y a toda la afición barranquillera que celebra un cumpleaños más, siempre tendrá en su memoria aquel título del año del año 93.

Y, ¡Junior, tu papá!

Not all great things in life are free; sometimes you have to pay a bit. If you like the Blog and you want to keep reading new articles, please click in the ads so that this project can grow onto bigger and better things. Thanks in advance.

No todas las cosas en la vida son gratis; muchas veces debemos pagar un poco. Si les gusta el Blog y quieren seguir leyendo artículos nuevos, por favor hagan click en los anuncios para que este proyecto crezca hacia cosas más grandes y mejores. Muchas gracias por adelantado.

3 comentarios:

  1. Oiga viejo Yeison, le quedó bacano !

    ResponderBorrar
  2. Oiga viejo Yeison, le quedó bacano !

    ResponderBorrar
  3. Buen articulo, y un gran viaje por la via del recuerdo para mi. Me tomo la libertad de compartirlo en redes sociales

    ResponderBorrar